Carta sede – 16 de enero

Saludos hermanos de todo el mundo:

Las noticias en Estados Unidos esta semana han estado dominadas por varias historias importantes.

La próxima semana prestará juramento un nuevo presidente de los Estados Unidos y se espera que promulgue varios cambios en su primer día en el cargo. La influencia de Donald Trump ya se percibe en las actitudes y el enfoque de los líderes del sector industrial, en las redes sociales y en la política de todo el mundo. Un acuerdo tentativo de alto el fuego entre Israel y Hamás, junto con la liberación de algunos de los rehenes retenidos en Gaza, probablemente sea un resultado directo del cambio en la administración estadounidense.

El tiempo lo dirá. Mientras observamos todo esto, debemos recordar que Dios tiene control y que los acontecimientos en el mundo se moverán hacia su fin profetizado. Dios conoce los corazones y las intenciones del hombre, junto con sus debilidades que, si no se controlan, pueden llevarnos a la perdición.

Espantosas catástrofes

La otra noticia sobresaliente son los continuos y destructivos incendios forestales que han destruido amplias zonas del condado de Los Ángeles, en el sur de California. Impulsados por los feroces vientos de Santa Ana, y una miríada de otros factores, estos incendios han causado estragos, angustia y sueños rotos a cientos de miles de residentes. Según informes recientes, podría tratarse de la catástrofe más costosa de la historia de los Estados Unidos de América.

Nuestros corazones y oraciones están con todos los afectados y los que han perdido propiedades durante este horrendo e inesperado desastre. Estamos agradecidos de Dios por su protección y vigilancia sobre su pueblo. Aunque muchos han sido desplazados y han perdido propiedades, no ha muerto nadie de los de su pueblo, y se nos recuerda cuán preciosa es la vida y qué maravillosa bendición es vivirla con el conocimiento, la verdad, el propósito, el significado y el futuro que Dios, mediante su Espíritu, ha abierto en nuestras mentes.

La Iglesia sigue dispuesta a ayudar a nuestros hermanos en todo lo que podamos. Mientras continuamos apoyando a través de oraciones, también estamos dispuestos a ayudar físicamente. Si desea contribuir de esta manera, visite nuestra página de Buenas Obras en www.ucg.org/give/good-works y seleccione el proyecto “California Wildfire Relief 2025”.

Las catástrofes naturales ocurren con frecuencia. No es raro que California sufra incendios forestales y vientos de Santa Ana en esta época del año. Miles de hectáreas se queman, algunas casas se pierden y miles de personas pueden ser evacuadas de sus hogares cada año.

Estas catástrofes naturales, como huracanes, tornados, ciclones, tifones y terremotos, ocurren periódicamente. Son devastadores, pero forman parte de la vida. Este incendio de Los Ángeles, en el que se han arrasado 40,000 acres, con quién sabe cuántas casas pérdidas, incluidas las de varias celebridades de “Hollywood”, es diferente. Como se puede ver en las imágenes de las zonas completamente devastadas, algunos utilizan la palabra “apocalíptico” para describirlo.

Al parecer se trata de la peor catástrofe de la historia de Estados Unidos, al menos en términos económicos. Pero son tantas las circunstancias que rodean este suceso -grifos sin agua, un enorme embalse vacío por problemas de mantenimiento, vientos feroces e inoportunos que impulsaron el fuego, etc.- que se le ha llamado “la tormenta perfecta” de desgracias.

Huracán Helene

Hace solo unos meses se produjo otra espantosa catástrofe en Carolina del Norte tras el paso del huracán Helene. Fue una fuerza natural destructiva, pero sus efectos sobre Asheville y el oeste de Carolina del Norte no tuvieron precedentes. ¿Cómo pudo este huracán, con sus fuerzas y lluvias acompañantes, destruir (y hasta arrasar) una ciudad y una región tan alejadas de la costa? La zona sigue tambaleándose y oficialmente se describe como la peor catástrofe de la historia de Carolina del Norte. Miles de casas quedaron destruidas y la propia Asheville sufrió efectos devastadores.

Cierta noticia describió las consecuencias de la tormenta de esta manera: “El 27 de septiembre, los restos del huracán Helene convirtieron Asheville, Carolina del Norte, en un paisaje postapocalíptico”.

Aunque los huracanes son de común ocurrencia, este fue diferente, pues alcanzó y devastó zonas alejadas de las costas oceánicas, trastornando la vida en esas zonas.

¿Qué está ocurriendo? ¿Podrían ser estos desastres otra señal de advertencia de Dios del peligro inminente que vendrá sobre esta nación por haberlo abandonado a él y a sus principios?

¿El comienzo de dolores?

En Mateo 24:7-8, Cristo habla de la guerra, el hambre y la pestilencia como el “principio de dolores” que conducirá al tiempo del fin. En estos versículos él también menciona “terremotos en diferentes lugares”. Aunque los terremotos son sucesos naturales a lo largo de la historia, a medida que se acerca el fin de los tiempos, él menciona estos sucesos “no naturales” que él envía como señales de advertencia: un llamado al arrepentimiento.

Al “vigilar” los acontecimientos, como Cristo ordena, se nos recuerda que debemos acercarnos más a Dios, examinarnos a nosotros mismos, asegurarnos de nuestra vocación y elección, y distanciarnos cada vez más del mundo, uniéndonos más plenamente unos con otros para vivir la vida a la que Dios nos ha llamado.

Cristo instó a su Iglesia: “Clamad a voz en cuello, no te detengas, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”. Predicamos un evangelio de arrepentimiento, volviéndonos a Dios y proclamando la buena nueva del regreso de Cristo y del Reino de Dios.

Oremos unos por otros y también para que se haga la voluntad de Dios. Pidámosle que nos guíe a todos hacia la unidad, la unidad de propósito y de misión para cumplir su voluntad en nuestras vidas individuales y colectivas.

Nuestros pensamientos y oraciones están con todos ustedes.

Al servicio de Cristo,


Buenas Obras: Cómo ayudar a los afectados por los incendios en California

Hasta esta mañana, 16 de enero, los incendios forestales siguen devastando el sur de California, dejando a dos familias en la Iglesia Unida de Dios sin hogar. Mientras seguimos orando por su seguridad y la contención de estos incendios, la Iglesia, a través del programa de Buenas Obras, ya ha comenzado a ayudar a quienes han sido desplazados temporalmente, han sufrido pérdidas parciales o totales. Esta ayuda intenta cubrir las necesidades esenciales y aliviar parcialmente el costo de esta tragedia.

Estamos en estrecha comunicación con Frank Fish, el pastor de la zona más afectada, para evaluar y suplir las necesidades detectadas. Ya se han transferido algunos fondos, en el entendimiento de que se necesitarán más fondos a medida que continúen los esfuerzos de recuperación en las próximas semanas y meses.

Si desea contribuir a nuestros esfuerzos de ayuda, puede donar aquí: https://www.ucg.org/give/119.

-Personal de Buenas Obras


De Servicios Ministeriales y a los Miembros . . .

Ordenaciones recientes

Nos complace anunciar la siguiente ordenación en el área hispana:

El 21 de diciembre de 2024, Moisés Cruz fue ordenado al ministerio. Él y su esposa, Sara, sirven a la congregación de la Ciudad de México, y sirven en la oficina de la Iglesia en México.

Moisés Cruz y Sara Rosales de Cruz