Las siete bienaventuranzas del Apocalipsis

En 1947, después de la 2da Guerra Mundial, un grupo de investigadores y científicos, que estuvieron involucrados en el proyecto Manhattan (desarrollo bombas atómicas, Hiroshima y Nagasaki), frente al poder catastrófico que el ser humano comenzó a tener en sus manos, idearon una manera visual de advertir al mundo frente a la inminente autodestrucción. Es el famoso “Reloj de Apocalipsis” (Doomsday Clock).

No es algo que inspire mucha tranquilidad. De hecho, su nombre viene del último libro de la Biblia, el cual tampoco, por lo general, inspira mucha paz.

Apocalipsis está lleno de sietes: siete iglesias, siete cartas, siete candelabros, siete estrellas, siete espíritus de Dios, siete sellos, siete trompetas, siete copas… y también siete bienaventuranzas.

Así es. Muy similar a lo descrito en Mateo 5 en el sermón del monte.

Las bienaventuranzas de Mateo 5 y Lucas 6 son consideradas la médula de los evangelios, así como el eje central de la Biblia y su mensaje para los seres humanos.

“Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los hambrientos y sedientos de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los pacificadores, los perseguidos, los acusados…”.

Las siete bienaventuranzas de Apocalipsis son:

1) El que lee, oye y guarda

Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
Apocalipsis 1:3

Esta es la primera bienaventuranza de siete que encontraremos en este libro, libro que inicia diciéndonos: “usted será feliz si lee este libro ahora y cuando ocurran estos eventos”.

En el verso 3 hay otro aspecto interesante de esta bienaventuranza: “Los que guardan las cosas”. Es decir, los bienaventurados leen y oyen este libro, y pone por obra lo que está escrito.

Cuando dice “Guardan” proviene de la voz griega “tereo”. Que es la acción de hacer algo. Pero hay un poco más. Tereo también significa “custodiar”, “preserva”, “vigilar”.

Esta primera bienaventuranza está bastante interesante: leer este libro y poner en práctica lo que aquí dice.

¿Por qué? Porque el tiempo está cerca.

2) Los muertos que mueren en el Señor

Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.
Apocalipsis 14:13

el próximo minuto consciente después de su muerte será ya estar transformado. No importa si habrán pasado 20, 500, o 2000 años. Durante ese tiempo sus hechos justos continúan latentes, aún cuando ya descansan de sus obras. ¿Cuáles son sus obras justas? Lo relata el verso anterior:

Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Apocalipsis 14:12

La misma palabra del punto 1 “los que guardan los mandamientos”, en griego tereo, que es “custodiar”, “preserva”, “vigilar”.

Para estos muertos, el hecho de haber tenido acciones justas en las vidas, los convierte muertos en el Señor, es decir, muertos en Cristo, quienes resucitarán a la séptima trompeta.

3) El que vela y guarda sus ropas

He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
Apocalipsis 16:15

“Velar” viene del griego gregoreo, que significa vigilar, mantenerse despierto, una actitud de estar espiritualmente alerta.

El apóstol Pedro nos exhorta en su primera carta, capítulo cinco, verso 8: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.

“No andar desnudo” es una expresión interesante que se utiliza en el mensaje a la iglesia de Laodicea, quienes se creían muy ricos, pero estaban desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos (Apocalipsis 3:18).

4) Los llamados a la cena de las bodas

Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Apocalipsis 19:9

La instrucción es estar alegres por haber sido llamados, quienes también han sido preparados con anticipación (v7) tal como una esposa se prepara para su esposo para una boda.

Jesucristo anteriormente habló de este punto en Mateo 22:14 diciendo que Dios llama/invita a muchos. Pero pocos son los que responden positivamente al llamamiento creyendo y apartándose recibiendo el E.S. Esto se puede comprender con la parábola del sembrador de Mateo 13.

5) El que tiene parte en la primera resurrección

Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Apocalipsis 20:6

Otra vez la importancia del testimonio de los que han muerto en Cristo, quienes se van a levantar en la primera resurrección. Esto es una gran alegría. Y como no, si serán seres resucitados no a vida física, sino a una vida eterna, espiritual. Noten que dice que la segunda muerte (ya habían muerto) no tiene potestad sobre éstos.

Además, éstos serán sacerdotes de Dios y Cristo, y reinarán por mil años.

6) El que guarda las palabras

¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
Apocalipsis 22:7

Nuevamente el griego tereo aquí: el que “guarda”. Además, hay una exhortación a quienes están guardando las palabras escritas de que no se desanimen: VENGO PRONTO.

Jesucristo le resumió a los apóstoles al decirles que se iba a ir por un poco de tiempo (muerte de JC), y luego otro poquito (al morir ellos) (Juan 16:20-22).

7) Los que lavan sus ropas

Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
Apocalipsis 22:14

La ropa es nuestra identidad y es el cómo nos presentamos frente a los demás. Ya vimos algo de esto con el punto 3. El sentido espiritual de lavar nuestras ropas es purificarnos de nuestros pecados. Y eso se hace solamente con el arrepentimiento, y aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador. Él es quien nos purifica, con su sangre, y nos justifica frente al Padre.

Considero que el común denominador de las siete bienaventuranzas es la exhortación en esta vida a tener una vida piadosa para estar tranquilos, sin importar lo que ocurrirá.

Es un mensaje a guardar lo que aquí dice (los mandamientos de Dios), y a limpiar constantemente nuestra naturaleza humana corrompida para vestirnos de lino fino, que son las acciones justas según la justicia de Dios.

Que nuestras vidas piadosas sean la luz de este mundo, la sal de la tierra, guardando los mandamientos de Dios y teniendo el testimonio de Jesucristo, para que, sin importar lo que ocurra, seamos bienaventurados. Es el hermoso mensaje de Apocalipsis.