La enseñanza en la familia

Alrededor de mis 20 años de edad me di cuenta que la experiencia de enseñar es sumamente enriquecedora, principalmente por dos cosas.

  • Realmente no se sabe lo que se sabe hasta que se enseña.
  • Si no se sabe la respuesta, esta se convierte en una oportunidad para aprender más.

Dios, en su Palabra, nos ha dicho que debemos enseñar empezando en casa con nuestros hijos.

Pero no es tan fácil. Porque puede que surjan algunas voces internas diciéndonos:

  • No soy maestro(a).
  • No tengo suficiente conocimiento bíblico como para enseñar.
  • No tengo material para impartir.
  • No es mi responsabilidad.
  • Estoy muy cansado y no tengo tiempo.

Dios le llamó a Israel “su hijo primogénito” (Éxodo 4:22), y esto implicó su responsabilidad de ser los primeros en recibir la enseñanza directa de Dios para que, tal como lo dice el profeta Isaías, sea “luz de las naciones”.

El libro de Deuteronomio es una carta que en ocasiones está dirigida a los padres, en ocasiones a los hijos del desierto, y en ocasiones a ambos.

📔 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6:6-9

En el verso 7 dice “y las repetirás”. Esta palaba en hebreo es shanán, que significa perforar, inculcar, afilar, agudo, aguzar, punzar, repetir.

Estas enseñanzas se deben impartir de la misma manera en que se afila un cuchillo con una roca, o como se perfora o se punza el ganado, imprimiendo en ellos una marca. Es decir, que las instrucciones de Dios estén en los corazones y las mentes de nuestros hijos.

El verso 7 también dice que hay que hablar de ellas: “estando en tu casa, camino, acostarte y cuando te levantes”.

La instrucción es enseñar continuamente. Debemos estar atentos a relucir estas instrucciones cuando se requiera.

Las respuestas y argumentos que vamos a dar no es solamente un PORQUE SI/NO, sino que debe haber una explicación, una argumentación, una historia, una parábola, una ilustración, algo visual y palpable que los niños escuchen y que les aseguro que nunca, nunca olvidarán.

Otro punto a considerar en la enseñanza es que debemos hacerlo con amor.

En el evangelio de Juan, capítulo 13, Jesús les está diciendo que se tenía que ir a un lugar donde ellos no podían ir. En el verso 33 les llama a los apóstoles “hijitos”, del griego tekníon, que es un diminutivo de téknon, que significa “hijo”.

El apóstol Pablo también registra esta expresión hacia los gálatas, por quienes deseaba que Cristo viviera en ellos (Gálatas 4:19)

El apóstol amado en su primera carta registra 9 veces la expresión “hijitos”. Una de ellas, a continuación:

📔 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. 1 Juan 2:12-14

La relación amorosa de Dios con Israel, es la misma que podemos ver en Jesús y sus apóstoles, en el apóstol Pablo con la iglesia, y con el apóstol Juan en sus cartas a la iglesia.

Esta enseñanza amorosa decantaría en los tiempos del fin justamente por la falta de amor. Jesús lo profetizó.

📔 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mateo 24:12

Lo interesante de este verso es que, maldad en griego es anomía. Es decir, sin ley. La gente ya no considerará la ley (de Dios lógicamente), y el resultado de esto será la falta de amor ágape entre los unos con los otros, y la falta de amor hacia Dios. Los 10 mandamientos ni siquiera serán una sugerencia, sino serán vistos como algo anticuado, olvidado. ¿Quizá hasta como una “violación a los derechos humanos”….?

Es por eso padres, la instrucción es muy clara:

Debemos involucrarnos en las enseñanzas que nuestro Padre celestial nos ha enseñado impartiéndolas a nuestros hijos.

He aquí puntos a considerar:

  • Somos una familia, al igual que Dios y su Hijo.
  • A los padres se nos ha indicado que debemos enseñar a nuestros hijos.
  • Debe estar en nuestros corazones primero.
  • Debemos hacerlo con amor.
  • No es inteligencia, sino que es sabiduría.
  • Debemos estar preparados.

Tal vez no tengamos las mejores aptitudes para enseñar. Pero debemos hacer nuestro esfuerzo, porque nuestros hijos son muy valiosos. Sus vidas son valiosas, y queremos lo mejor para ellos.

De la misma manera en que para nosotros ha sido importante una enseñanza, lo debe ser para ellos. Hay que decirles el impacto positivo que ha tenido en nuestras vidas.

Y hay algo muy importante que agregar aquí respecto a la iglesia.

Ni los campamentos, estudios bíblicos, material de estudio e instructores sirven de algo si los padres no estamos presentes.

Nada de lo que haga la iglesia REEMPLAZA a los padres. Nada.

La iglesia apoya y entrega el material. Pero no reemplaza la rica enseñanza que PADRES deben dar a los hijos en casa, andando por el camino, al acostarse y al levantarse.

Y por último, aunque pensemos que no somos buenos para enseñar, lo cierto es que somos maestros en potencia.

📔 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte del Eterno, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Eterno. Isaías 2:3

En el Reino de Dios vamos a servir. Vamos a enseñar con amor lo que tendremos escrito en nuestros corazones y en nuestras mentes: Las enseñanzas de Dios.

Por eso es tan importante hoy considerar la enseñanza de las preciosas verdades de Dios en la familia, a nuestros amados hijos.


Este es un resumen del sermón entregado por Gabriel García el 17 de febrero de 2024.