Carta sede – 2 de octubre

Hola a todos:

Nuevamente les habla Tim Pebworth, ahora con un breve mensaje previo a los días santos de otoño [en el hemisferio norte].

Primero, para quienes viven en los Estados Unidos: si se hallaban en el camino del huracán Helene, espero que estén bien y que recuperen a la brevedad los servicios básicos. Ayer hablé con una persona que tuvo que conducir hasta una ciudad cercana solo para conseguir señal de teléfono móvil y algunos suministros básicos.

Además, pongan atención a lo que está sucediendo en el plano noticioso en estos mismos momentos. Israel ha pasado a la ofensiva en la última semana. Se ha desatado una guerra total en el Medio Oriente, y creo que va a empeorar. Están ocurriendo muchas cosas y tenemos que prestar atención.

De eso quiero hablarles hoy: de prestar atención.

Saben, muchas veces me gustaría estar mejor preparado en esta temporada de fiestas santas.  Hago mis listas de cosas, pero siempre surgen imprevistos que me impiden llevar a cabo lo que tengo que hacer. Quiero conseguir regalos para ciertas personas, pero se me acaba el tiempo. Hay gente a la que tengo que volver a llamar, quizá a algunos de los que están leyendo esto. Todo puede parecer bastante estresante.

Pero hay una cosa de la que me he dado cuenta a lo largo de los años, y es que cuando salgo de casa y me alojo en un hotel para la Fiesta, muchas de las cosas que tienden a distraerme desaparecen. No voy a mi escritorio ni al refrigerador, y tampoco me percato de todas las cosas que tengo que hacer en casa. Me parece interesante que Dios quisiera que su pueblo viajara a la Fiesta. Quería que hicieran las maletas y se fueran. Creo que él hizo esto porque quería llamar nuestra atención. Él dice: «Detente», «Escucha», «Presta atención a lo que tengo que decir».

Un famoso consultor de medios dijo una vez: «el bien más valioso del siglo XXI será nuestra total atención».

Personalmente, creo que la distracción y la ansiedad son dos caras de la misma moneda: la moneda de nuestro tiempo. Tenemos tantas cosas que se nos vienen encima, que podemos perder de vista lo que es importante. Y eso es lo que quiere nuestro adversario.

Cuando perdemos el enfoque es cuando decimos cosas de las que luego nos arrepentimos. Es entonces cuando tomamos malas decisiones. Es cuando nos apoyamos en nuestro propio entendimiento, como dice el libro de Proverbios, en lugar de ser guiados por el Espíritu de Dios. Si vamos a ser una Iglesia guiada por el Espíritu, vamos a necesitar enfocarnos. Y creo que estas fiestas santas de la última parte del año, y en particular la Fiesta de los Tabernáculos, es exactamente lo que necesitamos para romper la rutina y reajustarnos.

Así que mientras se preparan para viajar y guardar la Fiesta de las Trompetas este jueves, aguanten. Hagan su mejor esfuerzo para hacer las cosas, y recuerden: es tiempo de alejarse de lo familiar y pasar algún tiempo en una morada (o tienda) temporal moderna, para que obtengamos un poco de perspectiva y de enfoque y podamos prestar atención a lo que Dios quiere que escuchemos.

Y creo que la Fiesta de las Trompetas y el Día de Expiación (que simbolizan el regreso de nuestro Rey y la restricción de nuestro adversario) establecen las bases de lo que necesitamos aprender para poder participar en esta nueva era que celebramos. Como dice el escritor de Hebreos en el capítulo 12:1, «despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante».

Mientras me preparo para esta temporada de fiestas santas, pienso en la necesidad de prestar atención a lo que Dios me dice y espero que ustedes también lo hagan.

¡Les deseo una maravillosa Fiesta de las Trompetas y un buen viaje a la Fiesta de Tabernáculos!

Tim Pebworth