“Visita a Chiapas y Tabasco” – 31 de mayo y 1° de junio

Congregación de algunos miembros de Chiapas, con visitas de Veracruz, Tabasco y Ciudad de México.

En el primer siglo, lo común para la Iglesia era congregarse en las casas de quienes compartían la misma fe. Parcialmente por la persecución de la que eran objeto, pero también por la cultura hospitalaria propia de la costumbre oriental (Los apóstoles Pedro y Pablo exhortan a ello en 1 Timoteo, Tito, Hebreos y 1 Pedro).

El pasado 30 de mayo tuve el gusto de iniciar este breve, pero muy provechoso viaje al sureste del país.

CHIAPAS

Tras un vuelo de poco más de una hora desde la Ciudad de México hacia Tuxtla Gutiérrez, y un traslado de aproximadamente media hora por tierra, llegué a casa de la Sra. Rosario Grajales y su hijo Christian Isaac; en donde el Sr. Gonzalo Alejandro, quien viajó desde Tabasco, ya se encontraba.

Después de compartir una cena y charla amena, pasamos a descansar. Sin embargo, aproximadamente dos horas más tarde, a las 2:30 AM, la Srita. Alethia Ricardez, de Veracruz, llegó también. Nuestro objetivo fue el de pasar el sábado en la casa y compañía del Sr. Germán Alvarado, su esposa Lourdes y sus hijos David y Gema.

Gracias a Dios, todos pudimos viajar sin contratiempos, e incluso, a nuestro arribo, contamos con la grata y sorpresiva presencia de la Sra. Susana Juárez, de Ciudad de México. Tristemente, la familia Mandujano no pudo acompañarnos el sábado, aunque sí se reunieron para Pentecostés con la familia Cueto Grajales.

Con este pequeño grupo de 10 personas en total, dimos inicio al servicio a las 11:15 AM. La dirección de himnos fue realizada por el joven Christian Cueto, mientras que el sermoncillo, acerca de la paciencia, fue entregado por el Sr. Gonzalo Alejandro. Contamos con una hermosa música especial cantada por David y Gema, el himno 147: “Grande es tu fidelidad”; y los anuncios y el sermón, titulado “La manada pequeña”, estuvieron a cargo de un servidor.

Una vez concluido el servicio, pasamos a degustar de la comida, que consistió en unos deliciosos tacos y tuvo su remate con café y pan de diversos tipos.

Posteriormente, compartimos un estudio bíblico acerca del espíritu del hombre y el Espíritu Santo de Dios, respondiendo algunas preguntas y compartiendo experiencias sobre la coexistencia de ambos en nuestra vida. Gracias a Dios, todas las actividades planeadas se llevaron a cabo en orden y con alegría gracias al buen trabajo de organización de las familias Cueto Grajales y Alvarado Ochoa, de quienes estamos sumamente agradecidos por su hospitalidad y servicio a la obra de Dios.

El Sr. Gonzalo Alejandro y un servidor pasamos a retirarnos poco después de las 5:00 PM rumbo a la central de autobuses para partir hacia Villahermosa, a donde llegamos cerca de la media noche. El Sr. Manuel Bolio fue a recogernos a la terminal y muy amablemente nos transportó a su casa para hospedarnos y permitirnos reponer fuerzas para la celebración de Pentecostés, que ya había iniciado.

TABASCO

Después de una noche de descanso, tanto el Sr. Gonzalo como yo tuvimos el gusto de compartir el desayuno provisto por la familia Bolio Rodríguez, que disfrutamos con una cálida y fraternal charla.

El fin de semana pasado fue de mucha alegría y regocijo ya que tuvimos la oportunidad de visitar a los hermanos en Chiapas con los cuales disfrutamos de un reconfortante y provechoso día sábado. Disfrutamos de la hospitalidad y la atención de los hermanos con quienes pudimos compartir de un alimento espiritual así como también de un delicioso alimento físico. Gonzalo Alejandro

Partimos rumbo a La Cabaña de Edel, el lugar de reunión para los hermanos de todo Tabasco que se encuentra ubicado en Jalpa de Méndez. Llegamos temprano y pudimos ayudar a descargar la camioneta en donde viajaban algunos miembros, así como preparando las cosas necesarias para llevar a cabo la conexión con Ciudad de México, pues la dirección de himnos, así como los dos mensajes del primer servicio serían entregados desde esta cálida tierra.

El joven Héctor Alejandro (director de himnos), el diácono en la congregación, el Sr. Álvaro Jiménez (sermoncillista), así como los equipos técnicos, cumplieron, como siempre, con excelencia sus asignaciones y garantizaron una transmisión estable y bien coordinada.

Uno de los puntos clave de la Fiesta de Pentecostés, es que durante la primera celebración posterior al sacrificio y resurrección de Jesucristo, fue entregado el Espíritu Santo a la Iglesia de forma generalizada. Y se habló durante todos los mensajes sobre la importancia de usar esta oportunidad única de formar parte de este proceso de transformación y arrepentimiento al que el Eterno nos invita; advirtiendo la gravedad de no hacerlo.

Pasamos a la comida, que fue abundante y exquisita, como es costumbre, y siempre animada por las conversaciones y el cariño que la Iglesia en Tabasco ha desarrollado tras tantos años de convivencia y caminar en la misma fe.

Durante el segundo servicio participamos con la entrega de las oraciones de inicio y cierre, el sermoncillo por el Sr. Gonzalo Alejandro, así como con la música especial y los anuncios. Gracias a Dios, el servicio de Internet no dio ningún problema, y pudimos disfrutar de la dirección de himnos, el mensaje y música de ofrenda y el sermón desde Ciudad de México, todo sin interrupción.

Al concluir las actividades del servicio, pude visitar a la Sra. Adriana Barjau y a sus tres hijos. Gracias a Dios, ella se está recuperando satisfactoriamente tras su cirugía de vesícula realizada la semana pasada.

Nuevamente, el Sr. Manuel Bolio me transportó, aunque ahora junto con su esposa Carla, hacia el aeropuerto de Villahermosa.

Fue una gran alegría poder visitar a la familia espiritual en el sureste; convencido de que estamos en un mismo espíritu de adoración al Creador, de la fraternidad amorosa que Cristo nos enseñó durante su ministerio, y del mismo corazón deseoso por congregarse que tuvieron los primeros discípulos.

Gracias a todos por su hospitalidad y por su servicio al pueblo de Dios, y gracias al Eterno por su fidelidad.