Cartas sede – 30 mayo

img UCG

Hola a todos, soy Tim Pebworth, presidente del Consejo de Ancianos. Quería compartir con ustedes un breve mensaje antes del sábado y el día de Pentecostés.

Hemos llegado al séptimo sábado de la cuenta regresiva hasta Pentecostés. Este año hemos visto que la fecha de la Pascua y el primer Día de Panes sin Levadura coinciden con lo descrito en Josué 5, por lo que comenzamos la cuenta regresiva hasta Pentecostés, el día después del sábado (es decir, el primer día de la semana) que cayó durante los Días de Panes sin Levadura. Hay un documento de estudio sobre este tema en nuestro sitio web y Ken Loucks también escribió un artículo muy bueno al respecto en la edición más reciente del United News (en inglés).

Y fue en aquel Día de Pentecostés, hace 1994 años, cuando se estableció la Iglesia de Dios. Nuestro nuevo presidente, el Sr. John Elliott, se refirió a esto en su carta enviada a la Iglesia la semana pasada. Escribió sobre el significado de este día y espero que hayan tenido la oportunidad de leer su carta y de reservar un día de ayuno, tal y como sugirió.

Así pues, hace 1994 años se fundó la Iglesia. Y también fue en este día de Pentecostés, hace 30 años, cuando se organizó la Iglesia de Dios Unida. Para algunos de nosotros, 30 años pueden parecer ayer, pero otros, como mi hija, ni siquiera habían nacido cuando se fundó la Iglesia de Dios Unida. Sin embargo, ella y otros pueden leer los relatos; en la página web de Víctor Kubik se puede encontrar un excelente resumen de estos acontecimientos, que los animo a leer (en inglés). Hemos hablado de estos acontecimientos en detalle durante la última Conferencia General de Ministros.

Y, al igual que ninguno de nosotros estaba presente en Jerusalén en el año 31 d. C. cuando el apóstol Pedro dio su mensaje a la multitud reunida y se impartió el Espíritu Santo, podemos leer el relato y conectar con lo que se dijo. Este fue el comienzo de cuando Dios haría disponible su Espíritu a sus primicias. Sus discípulos habían esperado y ahora no se les dio un espíritu de temor, sino de amor, poder y una mente sana, una frase que el apóstol Pablo utilizó en 2 Timoteo 1:7. 

¿Cómo está obrando el espíritu de Dios en usted? ¿Qué manifestaciones de su Espíritu ha mostrado en estos últimos 50 días? ¿Y de qué manera lo guiará ese Espíritu en las próximas semanas y meses? Cuando la gente nos mira a usted y a mí, ¿ven a Tim Pebworth o a usted (inserte su nombre aquí), o ven a Jesucristo?

Ayer estaba sentado en un carril muy largo para girar a la izquierda, y parecía que solo unos pocos coches pasaban cada vez que se ponía el semáforo en verde. Y finalmente, iba a ser mi turno para cruzar la intersección cuando, justo delante de mí (sí, lo ha adivinado), un camión con remolque pasó a toda velocidad y se metió en el carril de la izquierda delante de mí y probablemente de otros 25 coches detrás de mí. ¿Cuántas veces hemos oído este tipo de historias? Vaya, ¿qué pensamientos tuve respecto a él? Pero entonces pensé: «Un momento: soy pastor; ¿es esta la forma correcta de pensar sobre lo que esa persona necesita?». Y luego, tras reflexionar, pensé que en realidad no debería importar si soy pastor o no, si realmente soy seguidor de Jesucristo, debería considerar cómo poder apoyar y servir mejor a esa persona si tuviera la oportunidad de volver a verlo. Iba de camino al vertedero y pensé que lo vería, pero por desgracia no fue así.

Efesios 2:2 habla del espíritu que obra en los hijos de desobediencia. Creo que yo tenía un poco de ese espíritu mientras estaba sentado en el carril de giro a la izquierda y veía cómo se desarrollaban los acontecimientos. Y, francamente, este ejemplo es un poco ridículo si pienso en las grandes pruebas a las que se enfrentan tantos miembros de la Iglesia de Dios.

El apóstol Pedro escribe en 1 Pedro 2:21: «. . . porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga».

Con este día de Pentecostés conmemoramos el día en que Dios estableció su Iglesia, de la cual Jesucristo es la Cabeza. Y esto es un estándar al que estamos sujetos. Conmemoramos el derramamiento del Espíritu de Dios y ahora es nuestro turno de seguir adelante con ese Espíritu. ¿Cómo responderemos? ¿Qué tipo de amor mostraremos?

Piénsenlo. Pablo dijo que hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como fuimos llamados en una sola esperanza de nuestra vocación. A veces nos quejamos de la Iglesia, pero ¿no nos estamos quejando de nosotros mismos al hacerlo? ¿No somos nosotros la Iglesia?

Como mencioné en mi sermón antes de la Conferencia General de Ministros, la Iglesia de Dios Unida eligió responsabilidades y oficios por encima de la jerarquía. ¿Qué función y qué dones le pide Dios que aporte? Consideremos nuestro llamado y este día en el que destacamos el comienzo de la Iglesia, la Iglesia actual, que somos usted y yo y todos aquellos a quienes Dios ha llamado, permitiendo que el Espíritu de Dios obre en nosotros para que podamos alcanzar nuestra salvación con temor y temblor.

Esto es algo que da para pensar.

Fuente: Correspondencia miembros Unida